martes, 11 de diciembre de 2012

MARINA

Este es el relato con el que he participado en el concurso de relatos da Abay. El enlace es http://www.abayetiopia.org/marina Espero que os guste. MARINA Ya ha pasado un año desde que volvimos de Etiopía con nuestro hijo. Y aunque nunca olvidaré ese viaje, con todos sus momentos, uno siempre tiene la curiosidad de revisar fotografías, videos y demás recuerdos , con la intención de encontrar algo nuevo, una expresión, una sonrisa...Y apareció su foto. Marina. Mi primer encuentro con Marina fue durante mi primera visita al supermercado cercano al hotel. Las familias que ya estaban varios dias allí me la presentaron. Marina era una niña de unos once años, delgada, vestida con falda negra y sueter rosa. Un pañuelo cubría su cabeza, y como descubriría en los días siguientes, tambien su pelo largo, recogido en trencitas. Además, poseía una dentadura blanquisima y unos ojos grandes, penetrantes. Y unas sandalias que no impedían que el polvo cubriera sus pies. Marina solía esperar a las familias adoptantes para acompañarles a comprar. Solía coger a los niños, los besaba y nos hacía mil preguntas en un inglés aprendido del contacto con los demás. A cambio, le comprabamos algo de comer, como pasta, aceite o cereal. Nunca dinero. Y luego hacíamos el viaje de vuelta al hotel, nos despedíamos con un “hasta mañana”, y desaparecía por una esquina con su bolsa cargada. Poco a poco fuimos conociendo su historia, aunque cuando nos juntabamos con otras familias, se distornionaba un poco, sin saber si era debido a la interpretación de cada uno o que ella maquillaba su vida para ganarse nuestra confianza. Pero daba igual. Marina nos contaba que por las mañanas iba al colegio, aunque muchas veces la vimos por los alrededores del hotel, escondiendose de nosotros. Y no nos quedó muy claro si su madre estaba embarazada o ya había dado a luz, pues nos llegó a decir las dos cosas. Pero era algo que no importaba. Cuando salías por la puerta, mirabamos alrededor buscando su mirada. Y siempre estaba allí, en una esquina. Sonriendo. El momento que más recuerdo fue el de una tarde, ya casi de noche, cuando tuve que ir a la farmacia. Empecé a caminar, solo, en la misma dirección que todos los días. A los pocos metros sentí una presencia a mi espalda, siguiéndome. Marina. Y me´acompañó a comprar, recomendándome una farmacia mejor que otra.;Y nos metimos al supermercado y compré lo mío y lo pactado, que era una garrafa de aceite; Y nos dimos la mano de camino al hotel; Y cuando desapareció por la esquina lloré. Por muchas cosas. Por sus once años, por la supervivencia, por la desigualdad, por la injusticia. Por mil cosas. El último día Marina no apareció. No pudimos despedirnos de ella, ni darle todas las cosas que habíamos preparado para ella. Bolsas con comida y utensilios de cocina. Las dejamos a cargo de la chica del hotel, pero nunca sabré si le llegó. Estuve mirando durante rato por los alrededores, caminando, con la esperanza de volver a sentir su presencia, girarme y verla allí, sonriendo y mirandome con aquellos ojos penetrantes. Pero no sucedió. Y aquel día prometí que no la olvidaría.

3 comentarios:

  1. Que emocionante história. Cuantos sentimientos despierta, y mucha pena. Por que la supervivencia de esa chiquilla adolescente se basa en acompañar a las familias... y así ganarse su afecto y caridad.
    Es una forma más de sobrevivir... ella y sus hermanos pequeños, quien sabe.

    besos

    ResponderEliminar
  2. Marina es un reflejo de la dificultad de muchos niños etíopes! Tierno relato y duro a la vez!
    Felicidades de nuevo !

    ResponderEliminar
  3. Cuando estuve en Etiopía, justo un año después que tú, en noviembre pasado, oí hablar de Marina pero no la conocí. Creo que por ser los primeros de la temporada, porque otras familias que llegaron después sí que la vieron. Que yo sepa, sigue igual.
    Me ha gustado mucho tu relato.
    Por cierto, tu Nacho y mi Lourdes son del mismo año, sólo que ella un pelín más pequeña, nació en septiembre.
    Enhorabuena y espero verte más por aquí. Un besito para tu niño.

    ResponderEliminar